Todo quien ha encargado el desarrollo o adquisición de un software se ve enfrentado a comprobar si éste cumple o no con lo solicitado. Es aquí donde podemos apoyarte: planificando, diseñando y ejecutando las pruebas que permiten responder a ¿el software hace lo que se pidió y de la forma en que se acordó?.
Además de validar que el software cumple con las definiciones de negocio y si está o no preparado para soportar los errores que podrían introducir los usuarios; se hace necesario considerar:
Validamos que el software funcione en distintas plataformas, tales como equipos de escritorio, notebooks, tablets, celulares u otros dispositivos.
Esto responde a preguntas como ¿el sitio web funciona en estos browsers?
Comprobamos que los diversos módulos que componen un sistema trabajen en conjunto.
Esto responde a preguntas como ¿el sitio web funciona con este medio de pago solicitado?
Validamos que el software sigue funcionando correctamente después de haber sufrido algún tipo de cambio.
Esto responde a preguntas como ¿dejó de funcionar algo por los cambios realizados al sistema?
Al realizar pruebas funcionales se consiguen, entre otros, los siguientes beneficios:
Permite mitigar los riesgos asociados a liberar productos con defectos. Se mejora la confianza de los clientes en los productos y servicios de la compañía.
A través de la identificación temprana de defectos, permite mitigar riesgos que impactan los costos y plazos de los proyectos.
Entrega elementos a las lecciones aprendidas de la compañía, permitiendo la detección de la causa raíz de los problemas, mejorar el proceso de desarrollo y evitar repetir los defectos.
Las áreas de TI mejoran la identidad frente a sus clientes internos, al proveer software alineado a los requerimientos y plazos definidos.